domingo, 23 de mayo de 2010

Una eternidad en el monasterio II

Cuando mi tío Emilio respondió: Ella ya sabe que tú estás aquí; yo no sabía a lo que se refería y por eso le pregunté, y me contó una historia que yo no me creí hasta que ocurrió la historia trataba de una antigua bruja, la última de las de Transo un viejo pueblecito del Moncayo poseía una calavera que tenía el don de la inmortalidad la casa en la cima del monte era el lugar donde aquella bruja se hospedaba y el pequeño pasillo era un antiguo conducto de cloacas en el cual celebraba ritos satánicos y pactos con Satán.
Mi piel se estremeció y nunca pensé el volver a aquel pueblo hasta que un día una fuerza paranormal me llevó hasta allí y me condujo al cementerio de aquella aldea abandonada, era todo muy raro las esquelas estaban alineadas sin señales cristianas y mal construidas, sin nombres ni lugares ni años. La tierra se abrió a mis pies y caí en un pozo sin fondo, cuando me desperté una ermitaña de cabellos oscuros me concedió un vaso de agua y me dijo:-Te caíste al pozo del cementerio y estabas inconsciente te habías dado un fuerte golpe en la cabeza; en efecto moví la cabeza y un escozor entro en mi cabeza como una jaqueca, yo la respondí :-Gracias, la ermitaña sonrió y me pregunto que qué hacía en el cementerio y yo contesté : -No lo sé algo me atrajo hasta el sin dejarme actuar por mi cuenta. La ermitaña con una expresión en la cara de haber comprendido me miro con pena y dijo: - Pequeña estás en la boca del lobo, ¿eres sobrina de Emilio el moje no? Te llevare hasta el y comentaré todo lo que ha ocurrido.

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